Inauguramos este blog con el homenaje, siempre merecido, a Astrid Lindgren, autora de Pippi Calzaslargas. Esta obra fue publicada en 1945. Así, mientras en España se leía Marcelino, Pan y Vino, de José María Sánchez Silva, Europa disfutaba con las andanzas de una niña que cuestionaba los valores de un sistema educativo basado en la represión. Cómo no explicar así algunas carencias de nuestra literatura infantil. Os dejo con un enlace que remite a al vida y obra de Astrid Lindgren (http://www.imaginaria.com.ar/12/2/lindgren.htm) y con un frgamento que demuestra, por su vitalidad, la condición de clásico que Italo Calvino reclamaba para obras como ésta.
¿Vives sola?
– Ya veis que no –repuso Pippi-. Está conmigo Míster Nelson.
– Bueno; pero ¿no están aquí tu padre ni tu madre?
– No; ni mi padre ni mi madre – contestó Pippi alegremente.
– Entonces, ¿quién te dice que te vayas a la cama y todas esas cosas? –preguntó Annika.
– Pues yo misma –repuso Pippi-. La primera vez me lo digo amablemente; si no me hago caso, lo repito con más severidad, y si continúo sin obedecerme, me doy una buena paliza. (Barcelona, Juventud, 2002. Trad. de Blanca Ríos).
Me parece brutal cuando le preguntan a Astrid Lindgren esto y contesta:
Cuando alguna vez se le preguntó acerca de la intención didáctica de sus libros, Astrid Lindgren contesto: «No tengo ninguna intención, ni con Pippi Långstrump, ni con ningún otro libro. Escribo para entretener a la niña que fui y que sigo siendo. Espero que también los demás niños se diviertan conmigo. No sé cómo debe ser un libro infantil, trato de ser auténtica; auténtica en el sentido artístico, que es lo único que me propongo cuando escribo. No es necesario tener hijos para escribir libros para niños. Basta con haber sido niño y recordar la propia infancia.»
La naturalidad es contagiosa, cuando de verdad eres así, es cuando se explican los millones de ejemplares que ha vendido y seguirá vendiendo, aunque ya no lo pueda ver.
Ha sido capaz de meternos a esta niña anarquista en el corazón.
Me encantan estos libros, la serie y por supuesto Pippi.
Buen comienzo para este blog empezar con Pipi. Hace pocos meses releí el libro, me resulta fascinante que en aquellos años Astrid Lindgren fuera capaz de tener éxito con una obra tan políticamente incorrecta. Hablando de obras políticamente incorrectas, viene al caso nombrar el álbum El contador de cuentos de Saki basado en un texto de 1914 y publicado con las ilustraciones de Alba Marina Rivera por Ekaré, un álbum que a mi parecer merece la pena.